La falta de atención en los gimnasios es cosa de todos los días desde siempre. Desde el más caro al más barato.
Los afectados.
- El club o gimnasio como organización de servicio parece que quisiera dar un mejor servicio pero que no puede hacerlo. Aunque en el fondo tal vez no quiera hacerlo al no pagar lo que debería a sus empleados.
- El90% de los socios o más queda abandonado por los entrenadores que hacen como que atienden y los coordinadores del gimnasio y gerentes en muchos casos ni saben qué es lo que tendrían que estar haciendo los entrenadores en la parte técnica del servicio y cuando lo saben lo dejan pasar. Esto atenta en la percepción del servicio que tienen los clientes que al sentirse abandonados están rotando de un lugar a otro perdiendo la empresa su capacidad de retención y las empresas viven de la renta mensual que cobran a sus miembros sufriendo por la retención. Si el cliente tuviera el apoyo para tener resultados no estaría cambiando de lugar.
- Los usuarios de gimnasio comunmente no recibiben un plan adecuado de entrenamiento al no haber interés por parte del entrenador en hacerlo hasta que no le paguen “extra”, por lo que el socio no tendrá adherencia al lugar ya que no es ahí en donde le ayudan a conseguir sus resultados.
- Los usuarios o miembros del club o gimnasio que si no son las muy guapas, “los cuates” o los que dan dinero “por debajo del agua” , entonces no recibirán el servicio que se merecen (y aún así no lo reciben). Y es que cuando se paga por estar en un gimnasio al menos tendrías que tener un plan de entrenamiento adecuado para ti y preparado profesionalmente, no una “rutinita” sacada de la manga sin seguimiento ni planificación. Si la persona tuviera un plan de entrenamiento adecuado tendría mejores resultados en cuanto a salud y apariencia.
¿Quien propicia esta situación?
A mi entender hay dos factores importantes que propician este fenómeno y se combinan para generar este fenómeno:
1) Los entrenadores quieren más dinero y al dejar de atender a los clientes como deberían tratan de forzar el pago extra.
2) Hay un porcentaje pequeño de clientes, digamos 5-10% que para su ego necesitan una atención diferenciada del resto de las personas para sentirse bien y que están dispuestos a pagar este extra que cabe decir no agrada a la mayoría de los usuarios de gimnasio. Aunque cabe decir que luego se conforman con que les estén contando las repeticiones al lado y con que les vayan diciendo sobre la marcha qué ejercicio hacer sin previa planificación.
En el primer caso por mucho tiempo se pagó muy mal a los entrenadores y encontraron que vendiendo complementos y suplementos alimenticios, anabolizantes esteroides, “quemadores de grasa”, ropa deportiva y su atención es como podrían tener más dinero.
En muchos lugares ya se les paga mejor a los entrenadores y/o se les da la posibilidad de vender sus servicios personales para tener un dinero extra. Sin embargo muchos gimnasios no saben como controlar los “submarinos” o “entrenamientos personales por debajo del agua” que son los servicios no reportados al gimnasio.
A pesar de los reglamentos y supervisión en los clubes y gimnasios siempre se las ingenian los entrenadores para seguir traficando con su atención a los clientes. Y por otro lado mientras los clientes que requieren esa atención prefieren pagar directamente a los entrenadores que a la empresa para ahorrarse un “dinerito” y las chicas guapas usan sus armas de seducción para tener a los serviles entrenadores a su disposición.
Pero resulta que todos los clientes pagan la misma renta y deberían de tener la misma atención y debería ser una atención adecuada.
Esto básicamente es un problema de la cultura de la corrupción. Es una manera de vivir de toda una nación. Por un grupo pequeño formado por entrenadores y esa porción de clientes “necesitados de atención” y que no quieren pagar formalmente es que la gran mayoría se ve afectada.
De esta manera ni la empresa puede exigir plenamente a los entrenadores al cumplimiento por el trabajo que se les encomienda porque se la pasan dándole vueltas a lo que tendría que ser muy simple y por otro lado ese pequeño grupo de clientes del 5-10% será el que grite fuertemente como si representaran al 100% de todos cuando se pretenda retirar al prestador informal del servicio de atención.
Patético resulta que las empresas de servicio que invierten grandes sumas de dinero en los inmuebles, equipamiento, instalaciones, impuestos, seguro social y otras prestaciones, etcétera parece que le pusieron el negocio a un pequeño grupo de personas con poca ética.
Quien mejor soluciona este problema es la cadena más grande de México de clubes. Ellos como ya saben que se da este fenómeno obligan a los entrenadores a vender un número alto de servicios personalizados “legales” para que les queden pocos ilegales de vender “por debajo del agua”. Sin embargo este también es un problema para el cliente final que a fin de cuentas para ser atendido tiene que pagar mucho más dinero del que ya paga por su mensualidad.
Finalmente las empresas que quisieran dar un mejor servicio, específicamente brindando un plan de entrenamiento con base científica y con un monitoreo adecuado en piso haciendo correcciones a sus clientes se ve restringida por el criterio y ética de un grupo pequeño y poco ético del entorno.
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Coach Carlos Velázquez Dávila
@coachdefitness
NSCA, ACE, ISSA, RTS, RBT
carlos.velazquez@sistemafitness.com
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